Existen muchas respuestas diferentes cuando se le pregunta a una persona qué es ser una persona fit, pero la mayoría responde que tiene que ver con el aspecto físico, es decir, poca grasa, abdominales marcados y buena musculatura; otras personas lo relacionan con una buena y balanceada alimentación; y la minoría con el rendimiento deportivo. Si se habla de aciertos, todos están de alguna manera en lo correcto, pero no en su totalidad. Ser una persona fit no sólo tiene que ver con el aspecto físico, ni cómo es la alimentación y mucho menos con un rendimiento deportivo; está relacionado intrínsecamente con una actitud mental. Es una forma de vida donde lo más importante es la salud sin caer en los extremos de dietas exageradas, altas musculaturas y metas deportivas élites. Una persona fit es aquella que ama y cuida su cuerpo, y su salud mental, alejándose del estrés por el entrenamiento; ser fit significa ser una persona integral, saludable, activa y llena de paz, que disfruta de comer saludablemente y de la actividad física cuando ejercita.
Cuando digo que ser fit significa ser una persona integral me refiero a que cumple con 5 aspectos básicos: oxigenación, push and pull, nutrientes, flexibilidad y control mental. Si un individuo cumple con estos 5 aspectos puede catalogarse como una persona que tiene su cuerpo y mente al 100 %, es una persona 100 % fit. Pero me gustaría sugerir un ejercicio: 5 pruebas de un valor de 20 puntos cada una para que se pueda establecer el porcentaje fit de cada quien. ¿Se animan? Propongo realizar las pruebas y marcar de 1 a 20 dependiendo de los resultados.
Oxigenación: Poder correr 10K en menos de una hora:
Menos de 60 minutos: 20 Puntos.
Entre 60 y 75 minutos: 15 puntos.
Entre 75 y 90 minutos: 10 puntos.
Más de 90 minutos: 0 puntos.
Push and pull: Dominar tu peso corporal (preparar una pesa con tu peso corporal):
Sólo hombres:
10 repeticiones press de pecho plano, cada repetición equivale a un punto.
20 dominadas, cada dominada cuenta 0.5 puntos.
Solo mujeres:
10 sentadillas profundas. Cada repetición cuenta un punto.
10 dominadas, cada repetición cuenta un punto.
Nutrientes:
Para los hombres, medir el porcentaje de grasa corporal:
Por debajo del 15 %: 20 puntos.
Entre 15 % y 18 %: 15 puntos.
Entre 18 % y 20 %: 10 puntos.
Entre 20 % y 24 %: 5 puntos.
Sobre el 24 %: 0 puntos.
Para las mujeres, medir el porcentaje de grasa corporal:
Por debajo del 17 %: 20 puntos.
Entre 17 % y 20 %: 15 puntos.
Entre 20 % y 24 %: 10 puntos.
Entre 24 % y 26 %: 5 puntos.
Sobre el 26 %: 0 puntos.
Flexibilidad: De pie, con los pies juntos y sin calzado:
No lograr tocar las puntas de los pies: 0 puntos.
Lograr tocar las puntas de los pies: 10 puntos.
Colocar en su totalidad la palma de la mano en el suelo: 15 puntos.
Tocar las rodillas con la frente: 20 puntos.
Control mental (concentración): Cerrar los ojos y lograr desconectarse, tanto exterior como interiormente:
Puedo lograrlo: 20 puntos.
No todo el tiempo puedo lograrlo: 15 puntos.
Trato pero me cuesta mucho lograrlo: 10 puntos.
Lo intento pero no sé cómo lograrlo: 5 puntos.
Imposible: 0 puntos.
Propongo realizar estas pruebas y compartir los resultados en las redes sociales de @panamasport y formar parte de la comunidad fitness de Panamá.
Michel Barbagallo.
@entrenarmejor
Entrenador Personal Functional Trainer System
Funcional Avanzado LiveFitness
Entrenador Sistema Híbrido
Nutricion Deportiva FEDA
lunes, 7 de septiembre de 2015
¿Eres 100 % fit? Te reto a que lo demuestres
lunes, 3 de agosto de 2015
¿No Pain No Gain?
El mapa de la actividad física actual puede dividirse en dos grandes ramas: las actividades comerciales y las actividades profesionales; en lo comercial sólo se ven imágenes de personas con excelentes físicos, publicando fotos donde los modelos realizan proezas que sólo pueden ser logradas por muy pocos: sentadillas libres con cargas exageradas o un récord de un ultra maratón de 150 kilómetros de montaña y todos tienen algo en común: el mensaje deNo pain, no gain. El cuerpo humano representa una máquina con una gran capacidad de adaptación al ejercicio, pero lograr grandes proezas dentro del mundo fitness o deportivo lleva una preparación de años y en algunos casos una vida entera, y es aquí donde entra la otra rama del mundo de las actividades físicas: los profesionales deportivos donde la fraseNo pain, no gain carece de sentido porque no tiene cabida alguna. Pero existe una alternativa: el entrenamiento inteligente. Por ejemplo: para entrenar a un jugador del equipo Real Madrid, con sus contratos millonarios, lo mejor es alejarse de la frase que asocia dolor con ganancia y enfocarse sólo en la ganancia. ¿Por qué se debe entrenar con dolor?
Desde la aparición de algunas tendencias donde se utiliza el axioma no pain, no gain los participantes incrementaron sus visitas al médico debido a lesiones en diferentes zonas del cuerpo. Existe un conjunto de estadísticas de la Universidad Franca de Brasil que utilizan como referencia en el manual de la IFBB del curso: Advanced Bodybuilding & Fitness Trainer Specialist. Ese estudio arrojó como resultado el porcentaje de personas que presentaron algún tipo de lesión en un tiempo comprendido de 12 meses de entrenamiento en sus diferentes modalidades: entrenamiento con pesas recreacionales: 40 %; halterofilia: 45 %;powerlifting: 60 %; fisiculturismo: 60%; crossfit: 65 %; correr: 65 %. También cabe destacar que de todas las personas lesionadas, un 60 % representa a individuos jóvenes de sexo masculino: un 11 % total de mujeres y un 6 % de hombres adultos.
El primer indicio de una lesión es el dolor. No importa si el dolor sólo se siente mientras se lleva el cuerpo al límite haciendo honor al no pain, no gain. Estos dolores momentáneos son los causantes de las micro lesiones que poco a poco y de manera acumulativa pueden llegar a convertirse en macro lesiones, agudas o crónicas, y para entonces ya se estará formando parte de las estadísticas de lesionados a nivel mundial. La lesiones pueden ser producidas por muchos motivos: por impacto, por sobrecarga dinámica, por uso excesivo, por la vulnerabilidad estructural, por la inflexibilidad, el desequilibrio muscular, entre muchas otras causas; pero el dolor es una alerta natural del cuerpo que indica que debe detenerse inmediatamente, porque el dolor por sí mismo no trae ningún beneficio. Hay casos de personas que hasta que no ven ensangrentadas sus manos no se detienen; o hasta no poder dar un paso más y caer en el suelo, no se detienen; o hasta no sentir el punto próximo del desmayo para abandonar la competencia, no se detienen; y la mayoría considera a estas personas como héroes en sus respectivas actividades. Pero si se está en un proceso de entrenamiento y no en una competencia, es un total absurdo porque tener las manos ensangrentadas, desmayarse del dolor y otras cosas alusivas al no pain, no gain simplemente retrasan el progreso por culpa de una lesión que el cuerpo advirtió una y otra vez.
Otro resultado de entrenar hasta el límite es la enfermedad llamada rabdomiolisis, que es la descomposición de las fibras musculares que ocasiona la liberación de los contenidos de dichas fibras (mioglobina) en el torrente sanguíneo. Algunas de éstas son tóxicas para el riñón y con frecuencia causan daño renal y puede causar los siguientes síntomas: color de orina anormal (oscuro, rojo o color cola), debilidad generalizada, rigidez o dolor muscular (mialgia), sensibilidad muscular, debilidad de los músculos afectados. Se debe estar atento a cualquiera de estos síntomas. Como una recomendación final sugiero alejarse del concepto no pain, no gain para entrenar de manera inteligente, creando objetivos semanales, mensuales y trimestrales y dejar el dolor sólo para la recta final de la competencia donde se tiene que dejar hasta el alma para lograr la victoria.
Michel Barbagallo.martes, 21 de julio de 2015
La pareja ideal.
Cada día la ciencia médica invade más y más los centros de entrenamiento: nuevas herramientas, nuevas modalidades y nuevas formas de entrenar así lo demuestran. El objetivo es muy claro: menos impacto, menos tiempo entrenando y mayores resultados. Gran parte de estos avances en el entrenamiento, tanto en atletas de alto rendimiento como en personas que practican algún deporte de manera recreativa, suceden gracias a la nutrición. ¿Por qué? Porque se descubrió la necesidad de ampliar las investigaciones médicas al campo deportivo para crear la rama denominada “nutrición deportiva”, estudiando de esta manera el comportamiento humano en cada actividad física relacionada con el deporte, recortando los tiempo de la preparación y aumentado el rendimiento durante la competencia o simplemente para la rutina de entrenamiento entre amigos.
Hoy en día se le da un 70 % de responsabilidad del rendimiento deportivo a la nutrición, y un 30% a la actividad física; difiero con esta valoración, pero será un tema que podría discutirse más adelante. A pesar de ello, creo que no existe ninguna duda con la relación existente entre la buena nutrición y el entrenamiento, y a esta unión me agrada llamarla “la pareja ideal”: alimentación + ejercicio. En mi trabajo diario me dedico al mejoramiento de la salud de las personas mediante el ejercicio físico y pertenezco a una nueva generación de instructores que prefiere prescindir de una modalidad fija de entrenamiento para no atender a todos por igual, porque es preferible manejar diferentes modalidades de entrenamiento y técnicas para ofrecer una mejor gama de servicio y adaptarse así a las necesidades individuales de cada quien. ¿Qué quiero decir con esto? Pues, fisiculturismo, crossfit, crosstraining, running, power bike, TRX, entre otros, representan estilos que tienen sus formas específicas para entrenar y donde cada persona debe adaptarse a las normativas y sistemas del entrenamiento escogido. Todo lo contrario sucede cuando se entrena de manera personalizada: la biomecánica, la antropometría, la kinesiología, la psicología y la medicina en general indican la forma de entrenar a cada individuo garantizando un mejor resultado y reduciendo en gran medida el porcentaje de lesiones. Cada quien tiene sus necesidades y sus limitaciones, y pensar que todos pueden hacer una actividad u otra es una gran error; las encuestas de lesiones y el abandono de las actividades físicas así lo demuestran.
Esta pequeña digresión es para llegar tangencialmente a la idea que me interesa: lo complejo e importante de la nutrición, ya que debe adaptarse no únicamente a las necesidades de cada individuo, sino también a cada actividad deportiva que decida realizar. Cada individuo, con independencia de las similitudes físicas, es enteramente diferente a otro al momento de programar y ajustarse a un régimen de alimentación. Hoy en día se puede ver y notar una cantidad enorme de personas realizando dietas de entrenamiento facilitadas por individuos que no están calificados en esa materia (aunque se respetan los criterios de cada quien). He aprendido, a través de los cursos y especializaciones que voy realizando sobre la nutrición deportiva, que la mayoría de los entrenadores no tenemos la más mínima idea de lo que estamos haciendo cuando intentamos recomendar un régimen de alimentación. La nutrición deportiva es una especialización que se realiza luego de culminar estudios de 5 años, en promedio, como nutricionista en una universidad. Luego se suma a esto alrededor de 3 años más de estudios para siquiera comenzar a preparar atletas o público en general que practican algún tipo de deporte.
Pero también suele suceder todo lo contrario: nutricionistas que quieren abarcar el campo del entrenamiento sin tener la preparación necesaria; por ejemplo, certificaciones de personal trainer como la IFBB, ISSA, NSCA, entre muchas otras; así como también en el campo del entrenamiento funcional, como IHP y FTS, para tener un conocimiento amplio de las funciones y el comportamiento humano en el ámbito del ejercicio es necesario para poder impartir un entrenamiento de manera responsable. Para concluir, algunas recomendaciones: para estar en buenas manos y tener los mejores resultados posible se debe buscar asesoría profesional. Existen muchas alianzas y trabajos en equipo entre nutricionistas que trabajan en conjunto con instructores especializados en la materia. No hay que dejarse engañar. Lo más importante es cuidar la salud y la economía. Recuerden: la pareja ideal es alimentación+ejercicio
domingo, 12 de julio de 2015
El Entrenamiento Funcional.
Cuando se ve a un atleta ganar medallas, romper récords y lograr cosas que jamás se pensaron lograr, se está viendo el resultado y el avance de la ciencia deportiva. Se pueden tener las mejores intenciones del mundo, la mejor genética y todo el tiempo y los recursos necesarios para entrenar, pero si no se utilizan los avances que brindan hoy los adelantos científicos en el mundo del deporte, el rendimiento y la progresión serán muy lentos y, en algunos casos, se puede perder lo obtenido. Todo país del mundo quiere ganar medallas olímpicas, pero eso requiere tecnología, recursos económicos, mucha voluntad política y, sobre todo, investigación. Algo que muy pocos saben es que todo atleta de alto rendimiento tiene un equipo especializado sólo para él: un médico general, un nutricionista, un psicólogo, un fisiatra, un entrenador, representantes legales, promotores, un preparador físico, patrocinadores, entre muchos otros, y gran porcentaje del éxito reside en el nivel y la técnica que se emplean en la preparación física y mental del atleta.
Uno de los grandes avances en estas ciencias dedicadas al rendimiento deportivo es lograr la disminución de lesiones, evitando así perder tiempo del entrenamiento en la recuperación necesaria posterior. El entrenamiento funcional es una de las técnicas y metodologías de preparación que aún hoy en día está en desarrollo, llevando los movimientos reales de cada actividad deportiva de un atleta al centro de entrenamiento y cambiando así la forma de pensar de “entrenar músculos” por “entrenar movimientos”.
Todos estos adelantos científicos llegan de manera depurada a los centros de entrenamiento: los gimnasios, los parques, el hogar; y toda área donde se pueda tanto divertir como entrenar funciona como un sitio ideal para disfrutar del entrenamiento funcional, siempre y cuando el entrenador o esté calificado para eso. Mucho se habla y se practica sobre las actividades de moda, pero el entrenamiento funcional no nació de una marca comercial y no dispone de una matriz lucrativa que lo patrocine como otras actividades que hoy en día están alejadas del beneficio público, y cada día dejan a más personas lesionadas haciendo creer que todos son atletas. Simplemente, el entrenamiento funcional nació de la ciencia deportiva de alto rendimiento y hoy en día es utilizado por todas las federaciones olímpicas de muchos países del mundo y todo equipo en el planeta, sin importar su modalidad deportiva, que tenga como objetivo claro el de “ser el mejor”.
El entrenamiento funcional ayuda a incrementar la estabilidad, previene las lesiones, mejora la postura, disminuye la fatiga corporal, mejora la fuerza funcional e incrementa las capacidades biomotoras condicionales y coordinativas; también ayuda a controlar el peso corporal y mejora la calidad de vida. Esta es la razón por la cual el entrenamiento funcional se aplica dentro y fuera del gimnasio, combinándose con cualquier otra actividad ya conocida hoy en día. Por eso, si se es muy bueno haciendo crossfit, TRX, fisiculturismo o yoga, entre otros, y si se combina con el entrenamiento funcional, aumentará el rendimiento y evitará un enorme porcentaje de las lesiones.
Mi punto de vista es que el entrenamiento funcional es un adelanto científico que poco a poco, desde el mundo médico, está entrando en las vidas de muchas personas. Ya en Latinoamérica existen grande ponentes sobre esta actividad, pero el más destacado es el profesor Yordi Arteaga, con sus sistema FTS (functional training system), un producto 100 % venezolano desde el año 2005; y en los Estados Unidos se puede mencionar a Juan Carlos Santana, de IHP y Les Mills con sus sistema CXWork de Nueva Zelanda.
Una sugerencia: no duden en incorporar el entrenamiento funcional a sus rutinas diarias de ejercicios, busquen instalaciones y entrenadores que estén capacitados para dar este tipo de entrenamiento, y en muy poco tiempo notarán una mejoría en sus rendimientos y en otros aspectos como la coordinación, la elasticidad, la resistencia y la fuerza. No esperen más: hay que actualizar la manera de entrenar, así que entrenen de manerafuncional.
martes, 16 de junio de 2015
Las Fajas, un enemigo silencioso.
Como todo en la vida, existen cosas muy buenas y cosas muy malas, y los gimnasios no escapan de esta realidad; hoy quisiera referirme a una práctica que silenciosamente está dañando la salud: la faja. Es una herramienta que llegó al mundo fitness más como un accesorio que como un objeto para mejorar la salud y el rendimiento, valiéndose de una gran estrategia comercial para colocarse en casi todas las cinturas de las mujeres del país. Negras, verdes o fucsias, representaban un boom porque figuras famosas de la televisión, reinas de belleza y modelos las utilizaban. ¿Las utilizaban? Sí, pero afortunadamente ya toda la verdad sobre los daños que ocasionan las fajas es de dominio público, aunque todavía quedan personas que insisten en utilizarlas amparándose en una creencia errónea e información poco confiable al respecto. Por eso, hoy quisiera compartir mi punto de vista sobre esta herramienta poco funcional.
Para comenzar una pequeña explicación pertinente: el cuerpo humano está dividido en 3 grandes zonas: la parte inferior: que comprende desde la cintura pélvica hasta los pies; la zona superior: que incluye la cintura escapular hasta la puntas de las manos y la cabeza; y la zona media: que está formada por la zona abdominal y lumbar. Esta división es mucha más compleja, pero para desarrollar el punto que quiero tocar en esta nota lo dejaré hasta aquí: 3 zonas: superior, media e inferior.
Bien. Algo que debe entenderse es que todo el cuerpo está conectado y trabaja en conjunto cuando se habla de movimiento. Si se está de pie y se elevan los brazos grandes cantidades de músculos se activan y trabajan para ejecutar el movimiento, no solamente los involucrados de manera directa con los brazos, también los que están en la zona media para mantener el equilibrio, y hasta los músculos de las piernas para mantener el cuerpo erguido; todo esto sucede simultáneamente en un movimiento en conjunto con otros músculos diferentes en distintas partes del cuerpo.
Esta relación de movimiento con la activación de muchos músculos se denomina “cadenas cinéticas”; otro ejemplo bastante sencillo para describir este mecanismo es cuando la persona está manejando cualquier vehículo y siente la necesidad de buscar algo en el asiento posterior: el simple hecho de estirar la mano y girar el torso hacia atrás mientras se permanece frente al volante requiere la activación de muchos músculos desde los pies (pasando por todo el cuerpo) hasta llegar por último a la mano con la cual se tomará el objeto deseado; y todo este proceso se repetirá de manera contraria para llevar nuevamente el cuerpo a la posición frente al volante. Hoy en día se sabe que los músculos trabajan de manera organizada, sincronizada, porque ellos funcionan como una máquina cuyos componentes están relacionados, y sólo en algunos casos, con artefactos diseñados especialmente para la musculatura se puede aislar un músculo en su movimiento; pero esto no es 100% efectivo: siempre hay algo adicional que se mueve, se conecta y se esfuerza para ayudar a realizar ese movimiento requerido.
A través de esta pequeña digresión quise demostrar cuán conectado está el cuerpo humano y mucho más mediante las 3 zonas principales que mencioné antes, porque la parte que más se esfuerza y trabaja es la zona media, ya que no sólo sirve de conexión entre la zona inferior y la zona superior, sino que también trabaja cuando se intenta ejercitar por separado sólo la zona inferior o la superior; es decir, la zona media realiza un trabajo adicional y se encuentra más activada que las 2 zonas restantes.
Dicho lo anterior, quisiera volver al punto inicial de mi nota: ¿qué tiene que ver todo esto con una faja? La primera sensación que brinda una faja es de soporte y luego de seguridad; sucede así debido a la impresión que se tiene de estar ayudando a la zona lumbar y abdominal a mantenerse erguida y al mismo tiempo ayuda a toda la musculatura. Pero voy al meollo del asunto: a la hora de levantar peso aporta una gran ayuda porque mantiene la espalda recta y protege las vértebras, y adicionalmente comprime el tejido adiposo y logra una imagen más delgada frente al espejo. Todos estos beneficios fueron explotados al máximo en campañas publicitarias para lograr vender tantas fajas como fuera posible, incluso mediante las redes sociales, hasta lograr comercializarlas fuera del país.
Pero ¿qué ocurre al pasar el tiempo una vez que el producto ayuda, protege y hace lucir mejor? Es cierto que sucedió todo lo que la faja ofrecía como propaganda: protección, mejor soporte y una imagen ideal frente al espejo. Lo que muchos no sabían es que la faja también limitaría a la hora de progresar. Cuando las personas aumentaban la capacidad de fuerza en su zona superior e inferior, fortaleciendo los músculos de las piernas, glúteos, pechos, espalda, hombros, brazos, etc., la faja siempre mantuvo aislada la zona media y esto trajo como consecuencia una descomposición muscular haciendo imposible al practicante entrenar sin ella. Con el tiempo los usuarios se fortalecieron, podían levantar más peso, pero al momento de quitarse la faja e intentar entrenar sin ella, se le hacía imposible controlar las cargas y la postura del cuerpo se comprometía ya que su zona media, por estar aislada durante los entrenamientos, nunca se fortaleció y se mantuvo débil, incluso mucho más que cuando usaron la faja por primera vez.
¿Qué sucede entonces? Los cuerpos descompensados pueden desarrollar con el tiempo graves lesiones en las columnas vertebrales. Suelo aconsejar que se debe prestar atención equitativamente y mantener las 3 zonas fortalecidas de manera equilibrada, y prestarle una atención extra a la zona media porque a través de ella pasan y se conectan todas las fuerzas restantes a la hora de ejecutar un movimiento.
Si se me permite, voy un poco más lejos porque el tema me interesa bastante. Algunas personas colocan el acento sobre la protección de la columna cuando al momento de levantar peso y están en lo correcto, porque es importante, pero opino que el acento debería colocarse en la falta de fortalecimiento, porque al utilizar la faja para levantar peso la columna siempre tendrá un apoyo externo y evitará cualquier esfuerzo natural: efecto que es muy beneficioso al momento de trabajar con cargas pesadas como suele suceder en el fisiculturismo, el crossfit, entre muchas otras actividades de fuerza y potencia; pero para los entrenamientos diarios la faja sólo ayudará a mantener la debilidad inicial de la columna y siempre se dependerá de ella incluso para levantar algo de peso medio debido a una espalda débil.
Sobre lo estético, es una simple ilusión; la faja comprime la grasa contra el cuerpo pero jamás la eliminará ni le dará forma: la grasa sólo se elimina quemando calorías. Para concluir: las fajas llegaron, en mi opinión, para hacer más daño que ayuda; no son necesarias si se goza de buena salud. Un buen entrenamiento con pesas tiene que estar enfocado en fortalecer todo el cuerpo, desde los huesos hasta los músculos, y las fajas apenas brindan una leve sensación de seguridad que con el tiempo pasará factura. Un dato tangencial al respecto: si se tiene alguna duda siempre se puede visitar una tienda donde vendan equipos clínicos y preguntar por una faja clínica post-operatoria, se notará que es del mismo material, las mismas dimensiones y son vendidas para pacientes con problemas en la columna que necesitan un total aislamiento de fuerza en la zona media.
Al final todo se reduce a una simple pregunta: ¿entrenas para ser más fuerte o entrenas para ser más débil? Es tu decisión…
miércoles, 3 de junio de 2015
Quieres ser "Personal Training"?
martes, 2 de junio de 2015
El Acondicionamiento Corporal

lunes, 1 de junio de 2015
Máquinas vs. peso libre.
Hoy en día existen muchas alternativas y modalidades de entrenamiento alejadas de los gimnasios, y en su mayoría utilizan un entrenamiento con peso libre: Boot Camp, entrenamiento en circuito, Cross training, entre otros; se utilizan herramientas como pesas, balones medicinales, ligas, sandbag y muchos equipos enfocadas en el aumento de la masa muscular. Todas estas herramientas son denominadas de peso libre, porque no existe un mecanismo que controle el movimiento, como sucede con las máquinas de los gimnasios, donde sólo se puede realizar el movimiento que éstas permitan. Para explicarlo de una mejor manera: es muy diferente trabajar las piernas haciendo sentadillas con una barra que utilizar una máquina tipo prensa; aunque se trabajen los mismos grupos musculares, el resultado es totalmente diferente en el cuerpo.