martes, 21 de julio de 2015

La pareja ideal.

Cada día la ciencia médica invade más y más los centros de entrenamiento: nuevas herramientas, nuevas modalidades y nuevas formas de entrenar así lo demuestran. El objetivo es muy claro: menos impacto, menos tiempo entrenando y mayores resultados. Gran parte de estos avances en el entrenamiento, tanto en atletas de alto rendimiento como en personas que practican algún deporte de manera recreativa, suceden gracias a la nutrición. ¿Por qué? Porque se descubrió la necesidad de ampliar las investigaciones médicas al campo deportivo para crear la rama denominada “nutrición deportiva”, estudiando de esta manera el comportamiento humano en cada actividad física relacionada con el deporte, recortando los tiempo de la preparación y aumentado el rendimiento durante la competencia o simplemente para la rutina de entrenamiento entre amigos.

 

Hoy en día se le da un 70 % de responsabilidad del rendimiento deportivo a la nutrición, y un 30% a la actividad física; difiero con esta valoración, pero será un tema que podría discutirse más adelante. A pesar de ello, creo que no existe ninguna duda con la relación existente entre la buena nutrición y el entrenamiento, y a esta unión me agrada llamarla “la pareja ideal”: alimentación + ejercicio. En mi trabajo diario me dedico al mejoramiento de la salud de las personas mediante el ejercicio físico y pertenezco a una nueva generación de instructores que prefiere prescindir de una modalidad fija de entrenamiento para no atender a todos por igual, porque es preferible manejar diferentes modalidades de entrenamiento  y técnicas para ofrecer una mejor gama de servicio y adaptarse así a las necesidades individuales de cada quien. ¿Qué quiero decir con esto? Pues, fisiculturismo, crossfit, crosstraining, running, power bike, TRX, entre otros, representan estilos que tienen sus formas específicas para entrenar y donde cada persona debe adaptarse a las normativas y sistemas del entrenamiento escogido. Todo lo contrario sucede cuando se entrena de manera personalizada: la biomecánica, la antropometría, la kinesiología, la psicología y la medicina en general indican la forma de entrenar a cada individuo garantizando un mejor resultado y reduciendo en gran medida el porcentaje de lesiones. Cada quien tiene sus necesidades y sus limitaciones, y pensar que todos pueden hacer una actividad u otra es una gran error; las encuestas de lesiones y el abandono de las actividades físicas así lo demuestran.

 

Esta pequeña digresión es para llegar tangencialmente a la idea que me interesa: lo complejo e importante de la nutrición, ya que debe adaptarse no únicamente a las necesidades de cada individuo, sino también a cada actividad deportiva que decida realizar. Cada individuo, con independencia de las similitudes físicas, es enteramente diferente a otro al momento de programar y ajustarse a un régimen de alimentación. Hoy en día se puede ver y notar una cantidad enorme de personas realizando dietas de entrenamiento facilitadas por individuos que no están calificados en esa materia (aunque se respetan los criterios de cada quien). He aprendido, a través de los cursos y especializaciones que voy realizando sobre la nutrición deportiva, que la mayoría de los entrenadores no tenemos la más mínima idea de lo que estamos haciendo cuando intentamos recomendar un régimen de alimentación. La nutrición deportiva es una especialización que se realiza luego de culminar estudios de 5 años, en promedio, como nutricionista en una universidad. Luego se suma a esto alrededor de 3 años más de estudios para siquiera comenzar a preparar atletas o público en general que practican algún tipo de deporte.

 

Pero también suele suceder todo lo contrario: nutricionistas que quieren abarcar el campo del entrenamiento sin tener la preparación necesaria; por ejemplo, certificaciones de personal trainer como la IFBB, ISSA, NSCA, entre muchas otras; así como también en el campo del entrenamiento funcional, como IHP y FTS, para tener un conocimiento amplio de las funciones y el comportamiento humano en el ámbito del ejercicio es necesario para poder impartir un entrenamiento de manera responsable. Para concluir, algunas recomendaciones: para estar en buenas manos y tener los mejores resultados posible se debe buscar asesoría profesional. Existen muchas alianzas y trabajos en equipo entre nutricionistas que trabajan en conjunto con instructores especializados en la materia. No hay que dejarse engañar. Lo más importante es cuidar la salud y la economía. Recuerden: la pareja ideal es alimentación+ejercicio

domingo, 12 de julio de 2015

El Entrenamiento Funcional.

Cuando se ve a un atleta ganar medallas, romper récords y lograr cosas que jamás se pensaron lograr, se está viendo el resultado y el avance de la ciencia deportiva. Se pueden tener las mejores intenciones del mundo, la mejor genética y todo el tiempo y los recursos necesarios para entrenar, pero si no se utilizan los avances que brindan hoy los adelantos científicos en el mundo del deporte, el rendimiento y la progresión serán muy lentos y, en algunos casos, se puede perder lo obtenido. Todo país del mundo quiere ganar medallas olímpicas, pero eso requiere tecnología, recursos económicos, mucha voluntad política y, sobre todo, investigación. Algo que muy pocos saben es que todo atleta de alto rendimiento tiene un equipo especializado sólo para él: un médico general, un nutricionista, un psicólogo, un fisiatra, un entrenador, representantes legales, promotores, un preparador físico, patrocinadores, entre muchos otros, y gran porcentaje del éxito reside en el nivel y la técnica que se emplean en la preparación física y mental del atleta.

Uno de los grandes avances en estas ciencias dedicadas al rendimiento deportivo es lograr la disminución de lesiones, evitando así perder tiempo del entrenamiento en la recuperación necesaria posterior. El entrenamiento funcional es una de las técnicas y metodologías de preparación que aún hoy en día está en desarrollo, llevando los movimientos reales de cada actividad deportiva de un atleta al centro de entrenamiento y cambiando así la forma de pensar de “entrenar músculos” por “entrenar movimientos”.

Todos estos adelantos científicos llegan de manera depurada a los centros de entrenamiento: los gimnasios, los parques, el hogar; y toda área donde se pueda tanto divertir como entrenar funciona como un sitio ideal para disfrutar del entrenamiento funcional, siempre y cuando el entrenador o esté calificado para eso. Mucho se habla y se practica sobre las actividades de moda, pero el entrenamiento funcional no nació de una marca comercial y no dispone de una matriz lucrativa que lo patrocine como otras actividades que hoy en día están alejadas del beneficio público, y cada día dejan a más personas lesionadas haciendo creer que todos son atletas. Simplemente, el entrenamiento funcional nació de la ciencia deportiva de alto rendimiento y hoy en día es utilizado por todas las federaciones olímpicas de muchos países del mundo y todo equipo en el planeta, sin importar su modalidad deportiva, que tenga como objetivo claro el de “ser el mejor”.

El entrenamiento funcional ayuda a incrementar la estabilidad, previene las lesiones, mejora la postura, disminuye la fatiga corporal, mejora la fuerza funcional e incrementa las capacidades biomotoras condicionales y coordinativas; también ayuda a controlar el peso corporal y mejora la calidad de vida. Esta es la razón por la cual el entrenamiento funcional se aplica dentro y fuera del gimnasio, combinándose con cualquier otra actividad ya conocida hoy en día. Por eso, si se es muy bueno haciendo crossfit, TRX, fisiculturismo o yoga, entre otros, y si se combina con el entrenamiento funcional, aumentará el rendimiento y evitará un enorme porcentaje de las lesiones.

Mi punto de vista es que el entrenamiento funcional es un adelanto científico que poco a poco, desde el mundo médico, está entrando en las vidas de muchas personas. Ya en Latinoamérica existen grande ponentes sobre esta actividad, pero el más destacado es el profesor Yordi Arteaga, con sus sistema FTS (functional training system), un producto 100 % venezolano desde el año 2005; y en los Estados Unidos se puede mencionar a Juan Carlos Santana, de IHP y Les Mills con sus sistema CXWork de Nueva Zelanda.

Una sugerencia: no duden en incorporar el entrenamiento funcional a sus rutinas diarias de ejercicios, busquen instalaciones y entrenadores que estén capacitados para dar este tipo de entrenamiento, y en muy poco tiempo notarán una mejoría en sus rendimientos y en otros aspectos como la coordinación, la elasticidad, la resistencia y la fuerza. No esperen más: hay que actualizar la manera de entrenar, así que entrenen de manerafuncional.